Nosotros podemos ver que perder la noción del pecado es cosa muy grave, pero es mucho peor el negarlo positivamente llevados por una conciencia torcida.
Hoy nos hemos ido de un extremo a otro en un asunto tan grave como es el de la culpa ante Dios. Antes, se hablaba demasiado en el sentido de que toda la vida cristiana se reducía a tener miedo al pecado y a sus castigos. Ahora, nos hemos ido al extremo contrario: no se habla nunca de ello, y muchos viven tan felices como si no hubiera Legislador que dicta normas, que pide cuentas y que sanciona los desvíos. hacen temblar las palabras del filósofo Nietzsche cuando dice: ¨ Hay que acabar con la conciencia de pecado y de castigo, que son la plaga mayor del mundo¨. Cuando ya no haya conciencia del mal, habrá remordimiento, y, con el remordimiento, estará también, como una gracia grande, la vuelta a Dios.
Pbro. Dr. Jorge A. Gandur
publicado en "Cristo Hoy", año 2010
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